Yo estaba desesperada pensando como podría salvar mi pierna, el dolor de cadera a penas me permitía sostenerme en pie, revisaba páginas buscando esperanza para los que tenemos metástasis osea, cada día oraba con tanta fe, sin saber como Dios lo orquesta todo para responder las peticiones. El Dr. Oncólogo José Carlos Suarez -a quien quiero, y admiro profundamente- me había dado los informes médicos, realmente necesitaba radiaciones, pero la operación de cadera y fémur con cirugía minima invasiva fue el regalo más preciado que El Padre Celestial me ha dado a través de las manos de este joven y eminente médico, Dr. Pieter Hommen, quien me intervino y a continuado mi tratamiento con su afable ética profesional que le devuelve al paciente toda la esperanza de mejorar su calidad de vida y esto es muy importante para los enfermos, necesitamos muchos galenos con estos, verdaderos talentos y dones tan preciados para todo el mundo. Estas fotos fueron tomadas en el Mercy Hospital de Miami, Estados Unidos.
viernes, 4 de abril de 2008
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