martes, 8 de abril de 2008

MONASTERIO DE SAN ANTONIO EN LA CABRERA






Muchas veces nos quejamos de los estragos y achaques de las enfermedades y no le vemos nada beneficioso, claramente ningún proceso de salud con diagnósticos sombríos es agradable , sin embargo en mi caso no es así, he llegado a sacar otras conclusiones sobre este tema.
Gracias a la enfermedad que padecí, me deshabilitaron y me fuí a pasar buen parte de mi tiempo refugiada en lo que me gusta, la naturaleza, a la sombra de una colina maravillosa, a 40 minutos de Madrid, España. Allí he podido escribir, pintar, cultivar preciadas amistades, estar en contacto con mis adorados gatos, a los que amo desde niña, tocar piano, cantar, y de vez en cuando subir a las montañas e ir a pueblos muy valiosos por sus historias y monumentos históricos, lo mejor de todo es estar al lado del Monasterio de San Antonio de Padua cuyo Santo ha tenido desde tiempos atrás mi devoción, por ello les muestro estas fotos del lugar. Después de todo hay que ver las partes buenas de las adversidades. No debemos ver la enfermedad como algo trágico y doloroso sepamos verla como una bendición que nos da un mensaje, una enseñanza, y muchas veces hasta oportunidades de vivir con menos estres y mejor calidad de vida.

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