

Los que se van
Ruge la lancha, zarpa rumbo abierto,
un bando de gaviotas se perfila,
y gruesas betas de dolor destila
el mar ennegrecido de mi puerto.
Las manos, los adióses, un concierto
de lánguidas y ansiosas despedidas,
francas sonrisas de lejos percibidas
hacia lejanos puntos de lo incierto.
Mi corazón atado también vuela,
se marcha el rostro de la afable abuela
la abuela mas feliz y complaciente,
Ruge la lancha, zarpa rumbo abierto,
un bando de gaviotas se perfila,
y gruesas betas de dolor destila
el mar ennegrecido de mi puerto.
Las manos, los adióses, un concierto
de lánguidas y ansiosas despedidas,
francas sonrisas de lejos percibidas
hacia lejanos puntos de lo incierto.
Mi corazón atado también vuela,
se marcha el rostro de la afable abuela
la abuela mas feliz y complaciente,
Yo solo digo adiós a los adióses,
ya la lancha se aleja con sus voces
ya la lancha se aleja con sus voces
y atrás quedó la niña adolescente.
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